¿Para qué el blog?

La blogosfera está petada. Pronto habrá tantos blogs como estrellas en la Vía Láctea. Y los hay de todos los tipos, estilos y arquitecturas: monográficos, eventuales, informativos, promocionales, bitácora… Y los que menos me gustan, los reality, que es, en contra de mi voluntad consciente pero sin remedio, como está quedando el mío.
Pero es que si uno no tiene blog, no existe. Si el nombre de uno no aparece en la lista del diligente Sr. Google, no existe. El futuro está en la Red, sí, señores. Internet se ha convertido en la autopista más transitada de nuestro planeta mundo, en ese universo paralelo (o para lelos) que contemplamos boquiabiertos y atontados desde la oscura caverna donde nos confinó Platón. Lo real (feo) y lo virtual (bello, ideal).
En mi caso es así, sin duda. Me levanto por las mañanas y después de darme una ducha, beber un zumo de naranja recién hecho (naranja, como mi blog), tomarme un cápsula de ginseng, varias perlas de onagra y borraja y alguna que otra gragea de herboristería más, corro entre semáforos y sonámbulos viandantes a sepultarme a las ocho en punto entre los dosieres y papelajos del archivo donde trabajo. La epopeya cotidiana. A quién se la voy a contar…
           Paso el rato subiendo y bajando los peldaños de una inestable escalera de las de pintor, tragando polvo y acarreando historiales. Llego a casa a las tres reventada como una mula… ¡Ah, pero soy escritora, tengo un blog y estoy en la Red! Me redimo porque brillo como una estrella más de esas que titilan en la blogosfera. Y ya no valgo para nada de nada. Me llega justito para ir a trabajar y para escribir. No tengo tiempo de buscar contactos editoriales ni de currarme el tema de las relaciones públicas. Así que si encima no tengo blog, no me va a conocer ni dios. Y ya que realizo el esfuerzo de escribir (que me encanta, sí, pero es un esfuerzo muy grande), por lo menos que me conozca el Sr. Google y que alguien, ese hipotético y querido lector invisible en el que siempre pienso, se pueda bajar las novelas y los relatos escritos y sin publicar, los primeros capítulos de mis novedades y comparta conmigo este espacio virtual de color naranja.

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