Eros y Psiqué



(A Desiré)
La cama es un tálamo ancho y enorme, como una isla desierta remota e ignorada surgida de la espuma… Nuestra isla. Él me espera cada noche a oscuras, amante secreto cuyo rostro nunca veo… Solo sé del tacto dulce de sus manos, del calor de su aliento… Él me espera cada noche a oscuras… Sus piernas se enredan en las mías. Sus labios abrasan en mi piel. ¿Quién eres? ¿Cómo te llamas? Quisiera poder mirarte. Te amo tanto… Silencio. El amor no tiene rostro. No necesitas saber. Con amar basta. Entonces desfallezco. ¿Cómo será él?  ¿Acaso un monstruo, pues no permite que le vea? ¿Y qué puede importarme? Bestial o divino, yo le deseo.
Pero esta noche, mientras mi amante dormía, he osado encender un candil de aceite. Y no es un monstruo… Es tan bello que me he demorado largo rato extasiada por la perfección de sus rasgos… hasta que una gota de óleo hirviente ha caído sobre su pecho, despertándole…
Esta noche estoy sola. El amor no tiene rostro. No necesitabas saber. Con amar basta.

(Ilustración de Howard Pyle) 

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