Palillos chinos


El plano de una ciudad —Huesca—, recorrido por un ejército de hormigas (confuso, no en hilera) que va trepando por él, se convierte en pajarita de papel gracias a la magia de la papiroflexia y al arte de José Manuel Ubé. Por rizar el rizo, una se empeña en ver (sugestión Rorschach será) otra pajarita junto a la de verdad entre las tenues salpicaduras que tiñen esta portada de melancólico gris. Juegos de manos, sombras chinas que parecen realidad. Un guiño. Un bizqueo. Hormigas negras de patas muy largas, que —autómatas gregarias—, forman un negro racimo sobre el centro histórico de la ciudad. Y Angélica Morales, desde la atalaya de su balcón, se empapa como una esponja de todo ese bullir y rebullir de ejército de hormigas afanosas (confuso, no en hilera) que urde tramas, aventuras, desventuras, esperanzas, desalientos, anhelos, vanidades, soledades… que late y palpita sin saber… simplemente porque sí, porque —tal vez— en eso consista vivir.
—¿Qué estás leyendo? ¿Un poemario?
Dos ojos curiosos se asoman sobre mi hombro.
—No es un poemario. Es una novela —contesto ligeramente escandalizada.
—¿Una novela escrita en verso? —se asombra el dueño del par de ojos.
¿Y por qué no? ¡Qué falta de imaginación! Una novela puede estar escrita como a su autor le dé la gana. Y sí, Palillos chinos, novela de Angélica Morales, está escrita en verso libre y diálogos. Una apuesta osada con resultado redondo. Son 340 páginas de verso libre y diálogos, sí, ritmo, potencia y armonía, que pueden leerse a velocidad de vértigo o despacio, despacio, saboreando (reinventando) la intención escondida tras cada término-hormiga. 340 páginas en las que te reconoces o reconoces al  otro, a alguien, te ríes, te enterneces y, a veces, también lloras. 340 páginas repletas de pequeñas hormigas negras sobre fondo blanco. Signo, letra, palabra. Bullir y rebullir de significado y significante para alumbrar, sensible, transida, empapada, este pequeño-gran-teatro-ácido-cómico de vida que se despliega en torno al eje aglutinante de un restaurante chino.
Trasiego de personajes (difícil, pero no imposible, ubicar a cada cual en su lugar), novela impresionista, Short cuts, vidas cruzadas, «pieza de vodevil donde las historias son puertas que se abren y se cierran, pero que acaban enredadas irremisiblemente las unas con las otras» para terminar (ellas, dos seres que se buscan y no se encuentran) chocando atolondradamente, absurdamente, en  la penumbra del pasillo de un hotel.
Insuperable Angélica. Estupenda. Sus Palillos chinos rezuman audacia, originalidad y frescura. A destacar el fino y agudo sentido del humor (estos Palillos son una novela muy divertida), su manera de captar el detalle pequeño, nimio, cotidiano y el arquetipo aparentemente banal que, sin embargo, a todos nos retrata…  (estos Palillos son una novela muy trágica); la belleza incongruente y certera de diálogos y versos… Juguetona Angélica… y sabia, porque ha aprendido a ponerle un disfraz a la tristeza para no refocilarse en ella.
—Bueno, ¿qué?, ¿te ha gustado entonces tu novela-poema?
—No, no me ha gustado. ¡Me ha encantado!


Angélica Morales (Teruel, 1970) es escritora y actriz. Licenciada en Historia Antigua. Actualmente reside en Huesca, donde dirige el Grupo de Teatro Universitario del Campus oscense.
Ha publicado, entre otros títulos, los libros de relatos Piel de lagarta (Certeza, 2007) y Amar en martes (Certeza, 2009); las novelas Benedicto XIII, el papa Luna. El hombre que fue piedra (Delsan, 2006) y La huida del cangrejo (Mira, 2010). Asimismo, fue ganadora del Primer Premio Cuéntale un cuento a La Republicana 2012, con su relato «La traductora búlgara».
Entre sus poemarios, destacan Desmemoria (Gobierno de Aragón, 2012), Premio Internacional de Poesía Miguel Labordeta 2011 y finalista del Premio Ausiàs March al mejor poemario publicado en 2012; Asno mundo (Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, 2014), Premio Internacional de Poesía Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria 2013; y Pecios (2015, de próxima publicación), ganador de la II Convocatoria Perversus GEEPP Ediciones (Melilla). Acaba de publicar también Monopolios con Prensas Universitarias de Zaragoza, dentro de su colección La Gruta de las Palabras.
En su blog angelicamorales.wordpress.com semanalmente cuelga poemas y relatos inéditos, con ilustraciones del artista José Manuel Ubé, autor de la ilustración de la cubierta de Palillos Chinos.
Palillos Chinos acaba de ser publicado por Mira Editores, Zaragoza, en la colección Sueños de tinta.


2 comentarios:

Angélica dijo...


Hola , Teresa:
Soy Angélica (la tercerahormiga por la pierna izquierda de la pajarita oscense)
Solo quería darte las gracias por tus preciosas palabras. Pero sobre todo darte las gracias por haber leído la novela con tanta emoción y haberla disfrutado, porque se nota que la has disfrutado y ese era mi cometido al escribirla, que los lectores perdieran el miedo a la novedad y disfrutaran de algo distinto.
Anque Oscar Wilde decía que "Nada detesta tanto el público, como la novedad". Esperemos que esto no se cumpla con los "Palillos chinos".
Mil gracias por tu hermosa mirada.
Un abrazo de pajarita feliz
Angélica.

Teresa Sopeña dijo...

Pues de nada, Angélica. Me alegro muchísimo de que te haya gustado mi lectura, porque a mí, "chiqueta", me encanta cómo escribes.
Aprovecho para mandarte besos y enhorabuenas por ese último Premio Internacional "Ángel Ganivet" de Helsinki que has recibido(ahí es nada, que te reconozcan hasta en Fin-landia)y para decirte que nos veremos muy pronto.
Besotes,
Teresa