A las 7:33, como siempre, sonó el despertador. El señor XX abrió los ojos y se desperezó, con una sensación ligeramente exultante. Había tenido un sueño. Ya no lo recordaba, pero sabía que había sido un sueño agradable. Se levantó de la cama y entró al cuarto de baño, sintiendo cierta urgencia por orinar. Y al bajarse la bragueta del pijama frente al inodoro, de golpe, recordó. Había soñado que era el mismísimo Muamar el Gadafi haciéndosela tragar toda entera a la desventurada Europa…
(En la imagen, escultura potencial nº 7, diseño de Adrien Royo)
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